Entrevistada: Dafne Georgina Rodríguez
Abogada por la UNT (Universidad Nacional de Tucumán)
Diplomada en Derecho Animal
Especialista en violencia de género y psico grafología forense/psicopatía criminal
Docente superior universitaria en UCASAL (Universidad Católica de Santiago del Estero) y UNJU (Universidad Nacional de Jujuy). Docente invitada en diplomaturas en Grupo Profesional, UNLZ (Universidad Nacional de Lomas de Zamora)

El maltrato animal no es solo un problema individual, es una crisis social que azota a nuestra comunidad y exige una respuesta contundente. Esta crueldad, que se esconde en las sombras, se vuelve una realidad invisible para muchos, pero que hiere a miles de animales cada año en Argentina, y Jujuy no es la excepción.
Este problema va más allá de un simple acto de crueldad; es un reflejo de la deshumanización y la falta de empatía que aquejan a nuestra sociedad, un espejo que nos devuelve una imagen distorsionada de nuestra propia ética y valores. Por lo que podemos afirmar que detrás de cada acto de crueldad hacia un animal, se esconde una profunda deshumanización y una alarmante falta de empatía que nos interpela como sociedad.
Dafne Georgina Rodríguez, abogada por la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y diplomada en Derecho Animal, nos brinda una perspectiva crucial:
«»En el ámbito del derecho animal, y específicamente en lo que respecta a los actos de maltrato y crueldad, observamos cómo esta violencia se extiende entre las distintas especies. Es fundamental generar empatía, que la gente reconozca y tome al maltrato y la crueldad animal como algo serio“”.

MÁS ALLÁ DEL SUFRIMIENTO ANIMAL, UN INDICADOR DE VIOLENCIA SOCIAL

El maltrato y la crueldad animal no solo son parte de actos deplorables en sí mismos, sino que también se consideran un factor de importancia para la violencia social. Diversos estudios han demostrado que las personas que maltratan animales son más propensas a cometer actos de violencia contra otras personas, incluyendo violencia intrafamiliar y de género.
“Sabemos que el maltrato y la crueldad animal son la antesala de la violencia social. Debemos comprender la importancia de la interseccionalidad con la violencia intrafamiliar y la violencia de género. En muchos casos, el maltrato animal se utiliza como una forma de control y dominación dentro del hogar, y puede ser un indicador de violencia hacia otros miembros de la familia”.
Dafne Georgina Rodríguez
Muchos individuos condenados por delitos graves, como la violencia doméstica, tienen antecedentes de crueldad animal en su juventud. Esto refuerza la necesidad de intervenir temprano y abordar la violencia hacia los animales como un síntoma de problemas más profundos, no solo desde la perspectiva del bienestar animal, sino también desde la construcción de una sociedad más justa y pacífica.
JUJUY: UNA PROVINCIA QUE ALZA LA VOZ CONTRA EL MALTRATO
Se están realizando esfuerzos considerables para modificar las leyes de crueldad animal en Argentina, buscando aumentar las penas y brindar mayor protección, especialmente en la provincia de Jujuy. La promulgación de la Ley provincial 6.317 en 2022 reconoce a los animales como seres sintientes, prohíbe el abandono y el cuidado irresponsable de los animales.
La ley detalla las responsabilidades que deben asumir quienes cuidan animales de compañía, garantizando que sean tratados con dignidad y respeto. Entre sus disposiciones clave, se establece la obligación de proporcionar alojamiento adecuado, cuidados básicos que satisfagan sus necesidades naturales, y asegurar alimentación suficiente y agua. También se exige atención veterinaria adecuada, cumplimiento de la vacunación obligatoria, y tomar medidas para prevenir que los animales causen molestias o representen un peligro para otros.
Por otro lado, a nivel nacional, la Ley 14.346 establece un marco legal que sanciona los actos de crueldad animal con penas que, aunque pueden ser leves en algunos casos, representan un primer paso importante hacia una legislación más robusta y activa.

“El caso de Negrita, fue el primer antecedente en la provincia de Jujuy, donde se logró una prisión preventiva de cincuenta y dos días y un juicio abreviado que resultó en la condena del acusado a un año con reglas de conducta”. La ley 14.346 establece un máximo de pena de un año, lo que significa que todo delito menor a tres años se considera de ejecución condicional. «El hecho de que el acusado haya estado detenido durante cincuenta y dos días, o en el caso de Pantera, la gata de Perico, que haya estado ciento sesenta y dos días en prisión preventiva y haya sido condenado a tres años de prisión, demuestra la necesidad de modificar las leyes para endurecer las penas».
“Es fundamental que la gente comprenda la importancia de modificar las leyes para que las penas sean más severas. De lo contrario, las personas creen que pueden maltratar o matar a un animal sin consecuencias significativas”.
El caso de Negrita y el caso de pantera, entre otros ejemplos, subrayan la necesidad urgente de fortalecer las leyes para quienes cometen actos de crueldad animal. La comunidad debe continuar presionando por cambios legislativos que refuercen estas protecciones y aseguren que los responsables enfrenten consecuencias significativas por sus acciones. Es crucial garantizar que las denuncias por maltrato animal se investiguen y se actúe, en consecuencia, para que no queden impunes. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad compasiva para todos los seres vivos.
ABANDONAR MASCOTAS: UN PROBLEMA DE SALUD PUBLICA Y AMBIENTAL QUE REQUIERE ACCIÓN URGENTE
El abandono de mascotas o de sus restos en la vía pública es una práctica deplorable e ilegal que no solo causa un profundo sufrimiento a los animales, sino que también genera graves problemas ambientales y de salud pública. Es crucial que tomemos conciencia de la gravedad de este problema y actuemos de manera responsable para erradicarlo

En Jujuy, existe una normativa que obliga a la municipalidad a recolectar todos los cadáveres de animales que se encuentren al costado de la ruta y darles sepultura digna (cap. V art°3), no solo por respeto a los animales, sino también por una cuestión de contaminación ambiental. Sin embargo, esta normativa no es suficiente si no va acompañada de un cambio cultural profundo que fomente la responsabilidad y el respeto hacia los animales.
“La osamenta, el mal olor y otros animales que se acercan instintivamente a los cadáveres crean una situación desagradable y poco saludable. Para evitar esta contaminación y vivir en un entorno más sano, es fundamental que estas prácticas cesen. Es responsabilidad de los dueños de animales ser responsables desde su adopción hasta su muerte, proporcionándoles una sepultura adecuada, no solo por respeto al animal, sino también por consideración a la sociedad y el medio ambiente”.
“Imaginen caminar por la calle y ver cadáveres tirados por todos lados. La verdad es que no es agradable para nadie. Debemos actuar desde el individuo hasta las más altas esferas del Estado, implementando políticas públicas efectivas. Sin estas políticas, cualquier legislación se convierte en letra muerta”. Dafne Georgina Rodríguez.
Los dueños de mascotas tienen la obligación de cuidar a sus animales durante toda su vida, incluyendo el momento de su muerte. Abandonarlos en el río es un acto de crueldad y una falta de responsabilidad que no solo afecta a los animales, sino también a toda la sociedad.
Es necesario que todos los sectores de la comunidad se unan en la lucha contra el abandono de mascotas. La educación juega un papel fundamental en este proceso. Es necesario que se realicen campañas de sensibilización en las comunidades. Solo con el compromiso y la acción conjunta de todos podremos construir una sociedad más justa y compasiva, donde todos los seres vivos sean tratados con respeto y dignidad.
UN LLAMADO A LA ACCIÓN POR UN MUNDO MÁS COMPASIVO

El maltrato animal no es solo un problema que afecta a los animales, sino que también es un reflejo de la violencia y la falta de empatía que existe en nuestra sociedad. La lucha contra esta problemática requiere una modificación en las leyes, una mayor conciencia pública y la implementación de políticas efectivas. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad más empática y justa para todos los seres vivos.
En este sentido, es considerable reconocer la importancia de la educación y la capacitación continua.
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